Ana María Machado (1941 - , Brasil)
Ana María Machado nació en Río de Janeiro en 1941. Antes de dedicarse a la escritura, estudió en el Museo de Arte Moderno de Río y de Nueva York, y más tarde se doctoró en Lingüística en París. En 1969, año en que se exilió de Brasil huyendo de la dictadura militar que oprimía su país, empezó a colaborar en la revista Recreio y en otros medios como Elle o la BBC de Londres.
"Historia medio al revés" de Ana María Machado, narración de Lidia Zaragoza.
Marco Denevi (1922-1998, Argentina)
Conocido por su estilo conciso y sus finales sorprendentes.
LAS PRUEBAS
Cuentan: un rabí de nombre Isaq ibn'Ezra, en un rapto de soberbia o de locura, desafió a Dios a que probase que su poder se mantenía ileso y no había ido consumiéndose en el tiempo. Dios le mandó decir que aceptaba el desafío.
El rabí esperó catástrofes, zarzas ardientes, ángeles con espadas flamígeras, carros de fuego, truenos, relámpagos, un nuevo Diluvio. Nada de esto sucedió. Pero al rabí comenzaron a acontecerle pequeños contratiempos. En la sinagoga equivocaba las palabras, decía herem en lugar de besimán tob, y a cada rato se le caían de la mano los rollos de la Ley. Si se disponía a escribir, el tintero se volcaba y la tinta se derramaba. Cuando salía a la calle, la luz del sol, rompiéndose en algún objeto metálico, le hería los ojos. Le bastaba subir a la tebá para experimentar la necesidad de evacuar el vientre. Si buscaba la Biblia hallaba el Talmud, si buscaba el Talmud encontraba la Biblia. El gato se le murió. Sus gallinas cantaron como gallos. En la mesa, el cuchillo aparecía puesto al revés. El párpado izquierdo del rabí empezó a temblar; la oreja izquierda, a picar. Durante un día tuvo hipo. Al cortarse las uñas, siempre algún trocito caía sobre el piso. Cada vez que se ponía a leer el Zohar se le nublaba la vista y no podía seguir leyendo. Durante el día del Kippur lo asaltaron vehementes crisis de hilaridad y en la fiesta de Sukkot lloró sin ningún motivo. Cuando se acostaba a dormir, la almohada estaba dura como una piedra. Y cuando se sentaba en algún escabel se rompía y él rodaba por el suelo en medio de las risas (o, si esto sucedía en el templo, de la reprobación) de los presentes.
Hasta que lsaq ibn'Ezra se prosternó sobre su rostro y le dijo a Dios que se daba por satisfecho. Dios le mandó contestar que, por lo contrario, con mucho gusto seguiría presentándole pruebas.
Juan José Arreola (1918-2001, México)
Sus textos son una mezcla perfecta de humor, ironía y profundidad filosófica. Textos muy representativos del realismo mágico mexicano.
EL GUARDAGUJAS (fragmento)
El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su
reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse, el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad:
—Usted perdone, ¿ha salido ya el tren?
—¿Lleva usted poco tiempo en este país?
—Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
—Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros —y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
—Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
—Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
—¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo.
—Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
—Por favor...
—Este país es famoso por sus ferrocarriles, como usted sabe. Hasta ahora no ha sido posible organizados debidamente, pero se han hecho ya grandes cosas en lo que se refiere a la publicación de itinerarios y a la expedición de boletos. Las guías ferroviarias abarcan y enlazan todas las poblaciones de la nación; se expenden boletos hasta para las aldeas más pequeñas y remotas. Falta solamente que los convoyes cumplan las indicaciones contenidas en las guías y que pasen efectivamente por las estaciones. Los habitantes del país así lo esperan; mientras tanto, aceptan las irregularidades del servicio y su patriotismo les impide cualquier manifestación de desagrado.
—Pero ¿hay un tren que pasa por esta ciudad?
—Afirmarlo equivaldría a cometer una inexactitud. Como usted puede darse cuenta, los rieles existen, aunque un tanto averiados. En algunas poblaciones están sencillamente
indicados en el suelo, mediante dos rayas de gis. Dadas las condiciones actuales, ningún tren tiene la obligación de pasar por aquí, pero nada impide que eso pueda suceder. Yo he
visto pasar muchos trenes en mi vida y conocí algunos viajeros que (ludieron abordarlos. Si usted espera convenientemente, tal vez yo mismo tenga el honor de ayudarle a subir a un
hermoso y confortable vagón.
—¿Me llevará ese tren a T.?
—¿Y por qué se empeña usted en que ha de ser precisamente a T.? Debería darse por satisfecho si pudiera abordarlo. Una vez en el tren, su vida tomará efectivamente algún rumbo. ¿Qué importa si ese rumbo no es el de T.?
Isabel Allende (Perú, 1942- )
Su prosa es rica, evocadora y mezcla de manera magistral lo real con lo mágico.
La casa de los espíritus (fragmentos)
Este es el párrafo con el que abre la novela y que establece inmediatamente el tono mágico y la voz narrativa.
"Barrabás llegó a la familia por vía marítima, anotó la niña Clara con su fina caligrafía. Ya entonces tenía el hábito de escribir las cosas importantes y más tarde, cuando se le acabaron las páginas del cuaderno de la vida, escribió en los muros, las puertas y las mesas. Así supo que aquel perro grandote y blanco se llamaba Barrabás y que era un regalo del mar."
Un pasaje que define perfectamente el carácter y los poderes de Clara del Valle.
"Clara era de naturaleza visionaria. A los siete años, al terminar de comer un melocotón, podía reconstruirlo perfecto a partir del cuesco y la pelusa que dejaba en el plato. No lo hacía, pero sabía que podía hacerlo, y eso le daba una seguridad enorme frente a las contingencias de la vida. Callaba mucho, pero cuando hablaba era para decir cosas increíbles."
Este fragmento, hacia el final del libro, resume la fuerza del linaje femenino y el poder de la memoria. Es la voz de Alba, la nieta.
"Mi abuela Clara escribió durante cincuenta años en sus cuadernos de anotar la vida... Ahora busco a mi hija, para contarle esta historia, que es la historia de nuestra familia, en la que las mujeres hemos tejido la trama con un hilo blanco y otro negro, el hilo del odio y el hilo del amor, para que Clara siguiera viviendo."
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¿Qué nos permite hacer el realismo mágico para practicar nuestro español?
Analizar el realismo mágico: ¿Cómo reaccionaríamos si un perro llegara "por vía marítima" a nuestras vidas?
Trabajar la voz narrativa: ¿Quién cuenta la historia? ¿Cómo sabemos que Clara es especial?
Predecir la trama: ¿De qué creen que tratará el libro basándose solo en este inicio?
Augusto Monterroso (Guatemalteco, 1921-2003)